Pasamos entre el 80% y el 90% de nuestra vida en interiores.

Respiramos en torno a 15.000 litros de aire al día.

El aire interior está de promedio entre 3 y 5 veces más contaminado que el exterior.

Calidad del aire

Respiramos en torno a 15.000 litros de aire al día. De media, el aire interior está entre 3 y 5 veces más contaminado que el exterior, por lo que la contaminación interior supone un peligro incuestionable. 

El aire que respiramos tiene partículas peligrosas diversas en suspensión: microorganismos, virus, compuestos orgánicos volátiles, partículas materiales (PM) y otros tóxicos.

La vía aérea es por lo tanto una importante fuente de contagio de enfermedades si no implementamos las soluciones necesarias y eficaces que protejan la salud de las personas y la viabilidad de las actividades económicas, educativas, culturales y sociales.

Las actuales estrategias se focalizan en reducir la transmisión por este medio, simultáneamente al resto (por superficies, gotas mayores de 10 micra y fecal-oral). Dichas estrategias se descomponen en tres apartados: dilución (ventilación), retención (filtración) e inactivación del virus (purificación).

Dilución (ventilación)

Se consigue aumentando la tasa de renovación de aire exterior por el usuario mediante la reducción de aforos; la ventilación natural; la instalación de sistemas de ventilación mecánica; evitando la recirculación del aire o inspeccionando los recuperadores de calor.

Retención (filtración)

Se trata de retener las partículas que se encuentran en el aire mediante filtros tanto en el exterior como en el interior de los espacios. Hay distintos tipos de filtros dependiendo de su función (atrapar partículas o gases), el material del que están hechos (fibras inorgánicas, poliméricas y naturales) y su funcionamiento (mecánicos, electroestráticos, de polarización activa, con rayos UV-C…). Lo habitual es combinar varios tipos de filtros para aumentar la eficacia en la retención de distintos componentes.

Inactivación (purificación)

La inactivación se consigue mediante la implantación de tecnologías que purifican el aire fuera del dispositivo. Este tipo de medidas es especialmente importante en espacios donde el uso de mascarilla sea un impedimento para realizar la actividad, y/o se realicen actividades de exigencia física (comedor, gimnasio,….) y donde se exhalan una cantidad significativa de partículas.

Hay varias tecnologías disponibles: fotocatálisis (PCO), ionización bipolar (BPI), radiación ultravioleta (UV-C) y generación de radicales hidroxilos tomando con reactivos como el limoneno o el peróxido de hidrógeno.